Por favor, no me obligues a ir a tu tienda

A veces me abstengo de escribir sobre ciertos temas porque no me considero experta en ellos ni tengo estudios que avalen ciertas reflexiones sobre esos asuntos. Sin embargo, el tiempo y la experiencia me han demostrado que mi constante presencia en la calle, me dan una visión coherente del consumidor (por lo menos en mi entorno) y que en esta oportunidad me parece interesante compartir, sobre todo con aquellos dueños de tiendas, que utilizan estrategias un poco fastidiosas para atraer a sus clientes

Sin lugar a dudas, uno de los mayores éxitos de la pandemia, fue que las tiendas se vieron en la obligación de reinventar sus espacios virtuales para que le gente pudiera hacer sus compras sin moverse desde dónde estaban.

Es así como los .PDF, los catálogos, shopify, etc. empezaron a tener un valor para el cliente, bastante especial.

Data compartida por María Gabriela López Miota sobre compras online

De hecho, hace poco escuché en un evento organizado por el Banco Nacional de Crédito, donde María Gabriela López Miota, compartía data interesantísima sobre las tiendas oficiales en Mercado Libre, de marcas como L´oreal, Laroche Posay, entre otras, como respuesta a la pandemia y los números que arrojaban. Las proyecciones de crecimiento son geniales.

Aún así, en 2023 pareciera que en otros espacios, las estrategias cambiaron, retrocedieron o se olvidaron: las tiendas no tienen al día sus productos en digital y su mejor solución es invitarte a acercarte a sus espacios físicos para que veas si consigues lo que buscas, acompañados de una carita feliz (que a mi me hace infeliz).

La realidad es que actualmente y después de la experiencia “claustro 2020”, las marcas deberían tener todo digitalizado y actualizado constantemente.

Que tu mejor solución como comercio sea decirme que me acerque a una tienda, en estos tiempos, es algo que se interpreta como de mal gusto: el tráfico, los horarios, conseguir dónde estacionar, para al final llegar y que probablemente no esté lo que busco se traduce en que perdí mi tiempo.

Si yo quisiera ir al establecimiento, no me molestaría en escribir a una red social o a un Whatsapp. Sencillamente iría directo y pasaría horas paseando así no encuentre lo que busco.

El factor misterio donde para darte un precio tengo que escribir a un DM, donde para saber si hay un producto tengo que ir directo a la tienda, es algo que desgasta y en vez de ganar un cliente, lo pierde con seguridad. Si el precio es estándar y no está relacionado con un caso personalizado, no tiene sentido obligar al usuario a escribir al privado. De hecho, hay otras formas de generar base de datos si esa fuera la intención. Lo mismo sucede con la disponibilidad de producto.

La inmediatez es primordial

Otro rasgo importante en estos temas es la inmediatez en cuanto a tiempos de respuesta y que quienes administran las redes sociales, estén alineados con las tiendas para poder responder a la brevedad y con información que aporte a la compra.

Si uno escribe (porque no hay un catálogo de productos completo), se espera que los tiempos de respuesta sean breves. Por eso, más allá de tener una cuenta bonita, con fotos atractivas que inviten a la compra, quien está detrás de esas redes es clave para generar ventas importantes y sobre todo, fidelizar a tus clientes.