Estambul a mordiscos
Pronunciar Estambul suena exótico. Pero visitarlo es confirmar que el mundo ha tenido civilizaciones importantes, avanzadas y místicas que dejaron huella y siempre hay algo hermoso que descubrir.
Me fui a Turquía para recibir mi cumpleaños número 35. Era un viaje que no me provocaba hacer sola y me entusiasmaba hacerlo con mi mamá quien estaba más que animada. Así que, nos organizamos y nos fuimos.
¿DÓNDE COMER?
Nuestro viaje no estuvo enfocado en la gastronomía, comimos sabroso aunque no puedo decir que fue espectacular en todos lados. Quizás estoy acostumbrada a las especias libanesas y esperaba algo similar. Sin embargo, es importante que pruebes los auténticos kebab, que puedes conseguirlos de cordero así como de pollo. Recuerda: aquí por ser musulmanes no conseguirás cerdo.
Dentro de la amplia oferta de preparaciones, conseguirás platos con corazones de alcachofas que son súper sabrosos.
House of Medusa: en este lugar sí comimos muy rico. Los kibbe fritos, unos raviolis mínimos llamados Manti que están riquísimos y unos corazones de alcachofa. Se llama así porque está al lado de la Cisterna Basílica donde hay dos columnas que reposan sobre las cabezas de Medusa.
También comimos en la terraza de un restaurant llamado Seven Hills con una hermosa vista, buen babaganush y alcachofas sabrosas.
Si te provoca comer una shawarma libanesa, descubrimos un sitio divinos llamado Falafel Tyros. El falafel me encantó a mi mamá no tanto pero ya es un tema de gustos y recetas.
La ensalada que ofrecen es fattoush y está en su punto, fresca, abundante.
La shawarma de pollo es un a delicia y le agregan papas fritas (aunque no lo creas eso es bastante mediterráneo) y pepinillos encurtidos.
También tienen una shawarma de coliflor rostizado que me quedó pendiente por probar.
LAS DULCERÍAS:
Los árabes amamos los dulces y por eso, cada dos metros encontrarás fabulosas dulcerías, con delicias turcas, dulces con hojaldre, fritos, horneados, a la plancha, lo que quieras. Los frutos secos y la miel envuelven las vitrinas a tal punto, que no sabes cuál comer y dónde.
Además, toman muchísimo café turco (la mitad de la taza está llena con borra de café) y toman té turco y té de manzana. Todo el sur produce frutas y la manzana es la especialidad.
Por cierto: ofrecer té es una norma de cortesía en Turquía por lo que no se ve bien rechazar la invitación. Además, es también una estrategia comercial para hacer tiempo en la tienda y convencerte de que compres. Así que, cada vez que planees entrar en una tienda, piénsalo bien. Sin embargo, la experiencia siempre será agradable.
SI TE GUSTA BEBER TÉ
Para los amantes del té, como es mi caso, aquí podrás disfrutar la variedad de infusiones que puedes conseguir. Son unos artistas para hacer blends con pétalos de flores y frutas. Tienen té del amor, de la luna de miel, para la diábetes, para dormir, para tener energía, de manzana. Todo es ESPECTACULAR y merece la inversión en estas cosas.
Un amigo turco nos recomendó comprarlo en el Mercado de las Especias debido a la alta rotación que tienen estas tiendas y así se garantiza su frescura.
SI TE ENCANTA EL STREET FOOD
Es un #MUST que te acerques a la Plaza Eminönü para probar verdadera street food turca llamada Balik Emek: unos sánduches de pescado frito con cebolla y lechuga. Vienen en un pan campesino muy suave y es una maravilla. Los venden en unos barquitos pintorescos decorados con diseño otomano.
Ahí mismo, hay un pequeño carrito que vende bebidas de encurtidos llamado Tursu Suyu. Así que si eres amante de los sabores ácidos/salados, esto te va a gustar: un vaso con repollo, nabos y pepinillos encurtidos con un líquido fucsia. Ufff, lo amé.
En Turquía encurten cualquier cantidad interesante de vegetales y es normal que consigas esta oferta. probé un jugo de rábano pero eso sí fue bastante extremo para mi sentido del gusto.