Fueron 13, las marcas que participaron en la segunda edición de Sambil sabe a cacao en Valencia, estado Carabobo. Algunas las he conocido a través de los años y otras fue mi primera vez. Para mi grata sorpresa, todas son de calidad y para todos los gustos.

Si en algo coinciden, es que tienen el privilegio de trabajar con distintos orígenes, todos espectaculares en cuanto a calidad y lo más importante: saben tratarlos para no dañar el fruto y convertirlo en un gran chocolate.

Si tienes oportunidad de viajar a estas tierras o si entras a una tienda y ves estas etiquetas, te recomiendo con los ojos cerrados que las pruebes todas, sientas su intenso aroma y disfrutes de los productos que se están haciendo desde el respeto en Venezuela.

Aquí, un poco de cada una:

MONTE CACAO

Monte Cacao cumple este año su quinto aniversario y se encuentra en la Hacienda La Sabaneta en San Diego, Carabobo. Se ha especializado en trabajar con cacao de Choroní, tipo F1 con calidad de exportación, que destaca por sus notas frutales, ácidas y dulces.

Liderado por el chocolatier Jesús Rondón, casi toda su producción de cacao se exporta para Japón y los chocolates que producen para Venezuela, incluye barras y bombones al 60%, 70% y 90%.

HACIENDA SAN MANUEL

La Hacienda San Manuel está desde 1953. Empezó con ganadería, luego en 1973 cambió por citricultura hasta que en 2015 empezaron a identificar la presencia de la plaga del Dragón Amarillo y decidieron seleccionar cacaos para iniciar actividades en 2018.

Pedro Tomás Pacheco y su esposa Mailyn Mago, ambos ingenieros agrónomos, manejaban su hacienda de cítricos localizada en Valles Altos de Carabobo en Montalbán. Sin embargo, la plaga del Dragón Amarillo no tuvo piedad con los sembradíos y en 2018 decidieron sustituir los cítricos por cacao y a raíz de eso, les recomendaron hacer una línea chocolatera donde actualmente producen barras al 60%, 70% y 90%.

Maylin es profesora de la UCV donde actualmente llevan un plan con la universidad para formar ingenieros especializados en el tema. Ambos comentan que la profesora Catalina Ramis fue quien los orientó en la parte de genética en la búsqueda de materiales criollos del cacao y aclaran que en Montalbán, Bejuma se da un cacao con características organolépticas especiales con resistencia a enfermedades, alta productividad y cuentan con características especiales.

“El éxito de nuestro cultivo se debe al tipo de riego que le hacemos”, comentan los ingenieros y chocolateros. Además de vender cacao, también producen barras de chocolate, bombones rellenos con ganache de parchita, coco tipo Prestigio y naranja, entre otros así como un un turrón con maní de la zona.

Los clientes encuentran sus productos, sedosos al paladar y con notas a almendras, canela, miel, ácidos bajos y poco astringentes.

CHOCOLATE MANTORO

Luciano Rivas es ingeniero de materiales de la USB, con maestría en Administración de Empresas en EEUU y el diplomado de cacao y chocolate de la UCV. Él y su equipo son Cavencal, establecida en Valencia en el año 2003. Desde ese año procesan cacao y producen polvo, manteca y licor de cacao para la industria. Aclara que su principal producto de exportación es manteca de cacao con la que generan 800 toneladas al año.

En 2016 decidieron empezar a producir una línea de chocolates profesional llamado Mantoro con cinco presentaciones: blanco, con leche, dos oscuros y uno sin azúcar endulzado con eritritol. También, ese mismo año fundó junto a su guapa y simpática esposa, la tienda Cacao Cultura donde venden chocolates bean to bar e impulsan todo el movimiento relacionado con el cacao: talleres, lectura de poemas, exposiciones de fotografía, degustaciones, etc.

Actualmente la tienda cuenta con 33 marcas venezolanas de Caracas, Táchira, Barquisimeto y Carabobo. Ellos trabajan para ser la tienda con mayor variedad de marcas en el país.

Vale acotar que Mantoro no usa un origen particular, sino que es un blend con cacaos de todo el país y generan seis toneladas diarias. Río Caribe, Sur del Lago y Barlovento, Cacaos F2 forman parte del blend.

KCAO FLOWER

Danielys Medina sonríe y comparte: “Trabajamos con nuestro cacao de Patanemo desde hace casi cuatro años. Nuestras haciendas están en Las Ibarras, donde tenemos las plantaciones. Allá controlan todo el proceso del cacao hasta convertirlo en chocolate. Con el tema de la polinización, contamos con varios cacaos mezclados”.

Ellos llaman a su cacao “Criollo moderno”, la hacienda pertenece a sus padres desde hace 25 años y desde hace una década se dedican al cacao. Patanemo era una zona productora de cacao pero su papá se dedicaba a tener un vivero y poco a poco integraron las plantaciones de este fruto.

Con el tiempo decidieron transformar el cacao y convertirlo en chocolate: blanco, con leche y oscuro. Hoy en día cuentan con 17 presentaciones en barra y la más vendida es la intervenida con avenas, pasas y maní, sin edulcorantes ni azúcar refinada. Sus clientes también buscan la de chocolate picante, la de café con leche y la de sarrapia.

Entre los rellenos de sus bombones, los más solicitados son el de tamarindo con picante y nibs de cacao en chocolate blanco y el de parchita que cuenta con texturas diferentes de la fruta.

LUNA MÍA

Guillermo Ferrín y su esposa Emma Jiménez, empezaron en pandemia y se podría decir que su propuesta va desde la maquinaria al chocolate. ¿Por qué? Porque ellos elaboraron sus propias máquinas para procesar el cacao. Él es ingeniero, ella había tomado su curso de proceso de cacao y chocolate. Así que en 2020, aprovecharon la pandemia para alborotar la creatividad, decidieron reinventarse y aplicar los conocimientos de ambos en una misma causa: procesar cacao para convertirlo en chocolate. Así que horno de tostado así como máquina de descascarillar fueron creados in house.

Su producción la iniciaron con cacao de Trincheras, con el que pudieron hacer pruebas con las máquinas y hacer ensayo y error. Luego fueron probando otrosorígenes como Patanemo y Montalbán, que les han permitido avanzar en sus fórmulas.

Actualmente sus presentaciones incluyen frutos secos o solas al 60% y 70%, así como chocolatinas, entre otras.

CHOCOLATES GUAYAMURÍ

María José comparte con orgullo que su marca de chocolates es un negocio familiar y se llama Guayamurí Arraigo en homenaje al cerro Guayamurí que está frente a playa El Tirano en Isla Margarita y también en homenaje a su abuela materna, viva, hermosa y llena de salud, que es de Pampatar. Sin duda alguna, la Sra. Carmen Noriega a sus 83 años es la musa de los chocolates de la familia.

Cuentan con tabletas en presentaciones de 450 gr, 50 gr y napolitanas de 4gr. También tienen tabletas intervenidas con sal de Pampatar y ofrecen la personalización de algunos de sus productos del portafolio.

Su chocolate es un blend, ya que compran la pasta de cacao en tres regiones del país: Isla de Margarita, Borburata en Puerto Cabello y en las costas de Aragua.

KIERO CHOCOLATE

“Todo el mundo me preguntaba que cuándo iba a empezar a vender mis chocolate”, comparte Vigmeri Estrada, quien recuerda bien la fecha de su estreno: 16 de septiembre de 2021. En su caso, todo lo que sabe es de forma autodidacta. “Al principio vendía chocolate caliente, que se convirtió en el favorito de la comunidad de ciclistas de la zona y las tortas de chocolate”.

“Una empresaria me vio el potencial y me ayudó en la inversión del chocolate y con todo el entusiasmo que tengo, capturé a mucha gente y actualmente cuento con cinco personas en mi equipo. No tengo formación en el tema pero es mi pasión y decidí irme por este camino”, comenta.

Cuenta con chocolate al 50% con leche, 60% y 70% y ha usado las redes sociales y youtube para aprender más. También su lema es comer más sano así que intentan minimizar los químicos al máximo.

Cuentan en el portafolio con cacao en polvo alcalino, procesan los nibs y la cascarilla de cacao y también tienen cremas untables.

Aquí se trabaja con cacao familiar de Trincheras.

CAKAONABO

Ruth cuenta con decisión: “Comenzamos con ensayo y error hasta que salimos con una marca y un nombre. Mi cuñado trabaja en un vivero y seleccionaba el semillero que iba a germinar y el excedente nos lo daba para hacer chocolate. Luego, un amigo nos propuso hacer chocolate y unos años después aquí estamos”.

En Cakaonabo trabajan con origen tendencia criollo Canoabo y tienen presentaciones de barras de chocolate amargo al 80% 70% y 60%, licor de cacao al 100% y una línea intervenida con confites de naranja y otra de coco deshidratado, maní salado, galleta y crocante de caramelo. También cuentan con chocolate caliente y otra barra al 55% con clavitos de olor y nuez moscada para reflejar la navidad.

CHOCOLATES COCOA

A Chocolate Cocoa los conocí en la feria de cacao y chocolate en el Parque del Este, el año pasado y son amados. Francis Franzzeto, con sus lentes fabulosos, trabaja junto a su equipo con cacao de Goaigoaza, origen Mantuano de Puerto Cabello y tienen seis años haciendo chocolates.

Producen 22 bombones con distintos sabores con nombres e historias particulares. Yo, por ejemplo, compré el bombón “Totona”, relleno de chocolate negro relleno de crema de naranja y naranja confitada. Ellos explican en su cuenta que el dulce de totona, era un postre típico en la época de la colonia, hecho con base de toronja, naranja y nata. Al parecer, era el preferido del maestro Andrés Bello, a quien también le gustaba mucho su criada Mathilde (holandesa de 21 años y ojos verdes). Ellos tenían sus palabras clave, para que nadie sospechara.

En casa de los Bello, se escuchaba: "Mathilde, hoy quiero Totona". No pasó mucho tiempo para que el resto de los criados entendieran la clave; por lo que la palabra cambio de significado.

BELLERA

Con apellido de tradición, la familia Bellera tenía unos terrenos y empezaron a sembrar cacao. Al tenerlo se preguntaron “Y ahora, ¿qué hacemos? Nos dimos golpes hasta llegar hoy aquí. Tenemos dos siembras: una en Chirgua que está en desarrollo y una en Canoabo que esta productiva y donde sacan las cuatro presentaciones, revela Jesús Bellera.

Actualmente cuentan con cuatro presentaciones: uno con leche, dos oscuros y una endulzada con monkfruit y lecitina de girasol, mientras que todas las demás con lecitina de soya.

Estrenaron hace poco una barra de chocolate blanco infusionado con flor de Jamaica que gustó mucho en el evento Sambil sabe a cacao.

CREMA MORENA

Esta marca tuve el placer de conocerla hace unos años. Su especialidad son las cremas untables con cacao y diversos frutos secos como pistacho, macadamia, nuez, avellana, almendras, maní, chocolate blanco y chocolate. Es de los mejores untables que he probado en el país.

Actualmente sumaron a su portafolio, grageas de chocolate también con diversos frutos secos y pasitas.

Según el chocolatier Miguel Rodríguez de Herencia Divina, el untable de pistacho está increíble.

CHOCOLATE 2020

Alfredo y su equipo están especializados en la elaboración de barras tree to bar y son especialmente particulares: no solo por su molde diferenciador, sino por sus sabores arriesgados que han ganado reconocimientos en el extranjero.

Entre su oferta, acaban de estrenar una nueva tableta de origen JOBITO 70% , elaborada con cacao de productores de jobito, zona de tradición cacaotera anterior a la colonia, donde se encuentra su plantación @lacocorotacacao.

Hace unos meses me encontré con una de limón y remolacha que me resultó divertida en boca. Estas barras son bastante untuosas por su alta presencia de manteca de cacao.

VALLE CANOABO

Si te has topado con unas barras de chocolate envueltas en papel dorado, entonces estás frente a una Valle Canoabo.

Conocí hace unos años a Rodrigo Morales, gracias a un buen amigo del cacao.

Rodrigo me contaba en este viaje, que todo inició con su papá, quien es de origen chileno y llegó hace muchos años a Venezuela con la familia, por trabajo en el interior. Sin embargo, estuvo dedicado a otro rubro (vidrio) hasta que al llegar el momento de la jubilación, su papá quiso volver a sus orígenes: al campo y empezó a buscar un terreno para ver qué hacía en él.

Al llegar a Canoabo, entendió que su lugar era ahí y empezaron a incursionar en cacao hasta dar con una buena producción.

Valle Canoabo destaca por sus chocolates de altos porcentajes aunque el portafolio también incluye barras intervenidas y bombones. Tuve el grato placer de conocer su tiendita llena de tesoros cubiertos en chocolate que merece la visita si estás por esos lares. Por cierto, mención especial a sus preparaciones con caramelo, chocolate y macadamias de la zona.

Rodrigo lideró y animó a sus colegas chocolateros para hacer posible el evento Sambil sabe a cacao. Gracias a él, hoy comparto contigo estas sabrosas líneas.

GALERÍA SABROSA