Vale probar el menú degustación de El Bosque Bistró
Ivan García, chef de El Bosque Bistró, invita a sus comensales a probar su Menú Degustación, que consta de siete tiempos y que por un atractivo precio, te ayuda a entender la evolución en su propuesta
García forma parte de las nuevas generaciones de cocineros en Venezuela. De chamo, muchos lo llamábamos Linguini por su parecido con el cocinero protagonista de la película de Disney.
Hace un tiempo decidió venirse de Mérida a la capital, para mostrar su propuesta. Ahora, a sus 29 años, además de su restaurante, asesora proyectos y lidera junto a un valioso equipo, el movimiento Kilómetro Venezuela, donde impulsan la gastronomía nacional así como el turismo del país.
Si bien este menú se desarrolla desde hace dos años, me atrevería a decir que está en su mejor momento. Siete tiempos lo definen y puedes acompañarlo con armonías alcohólicas o sin alcohol y estas últimas están buenísimas, por lo acertado de sus composiciones.
“Para conocer a tu país primero tienes que comértelo”
Bajo este lema, el reverso de este menú, indica el mapa de Venezuela con los puntos que señalan de dónde viene cada uno de los ingredientes que forman parte de estas recetas.
Además, aquí hay una invitación a que varios ceramistas participen en la creación de piezas para la vajilla que acompaña, en perfecta armonía, con su respectiva simbología a cada una de las preparaciones.
¿Por qué hacer un menú degustación?
Iván apuesta por un restaurante con nivel, sin necesidad de cubrir sus mesas con mantel largo pero sí con darle un puesto aún más valioso a sus preparaciones. Durante estos años, ha sido un trabajo de ensayo y error hasta seleccionar los platos que mejor definen su visión.
Las cocciones están afinadas, los ingredientes bien manipulados y la experiencia tanto en gusto como en tiempos es sabrosa.
El ají dulce relleno con langostinos, tuétano y cacao porcelana, junto a una delicada y crujiente pampura con guanciale abre la experiencia, acompañada de una infusión de manzanilla que está mundial.
Luego, el Vuelve a la vida de pulpo y camarones, con gel de Ron Santa Teresa, salsa de pescadores y granita cítrica, está en su punto con una cocción impecable de los mariscos.
Los mejillones en crema ahumada de ajo blanco y cono de erizo margariteño, son gustosos y vienen acompañados con un pan brioche que cumple con su función de scarpeta.
El pork belly cocido en cocuy y papelón, setas fritas y ciruelas criollas lacteofermentadas, está muy sabroso aunque me faltó el crujiente del cerdo.
La tierna y roja punta trasera, mantiene su gustosidad y se acompaña con kumache, hormigas limoneras y se acompaña con un impecable buñuelo de yuca fermentada. La armonía con destilado de manaca, es ideal para este plato.
Para el cierre de la noche, los postres están ricos. La espuma de manzanilla con dulce de leche cortada y papel ácido de mucílago de guanábana está interesante y se transforma cuando le agregas miel y para finalizar, mención especial para el postre de chocolate, que merece aplausos tanto por las texturas como su delicado sabor.
El menú degustación está disponible solo en las noches, de miércoles a sábado y es necesario reservar para garantizar el espacio.
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Fotos cortesía: @unapizcadelili