El croissant: símbolo del triunfo austríaco sobre los turcos
Aunque muchos pensamos que el croissant es francés, lo cierto es que su origen se remonta al año 1683, cuando el Imperio Otomano buscaba conquistar Viena
En el siglo XVII, Viena sufría el asedio de las tropas otomanas, quienes trataban de ganar terreno al Imperio Romano. Después de haber ganado la plaza de Constantinopla, avanzaron por los Balcanes para llegar a su objetivo final: Viena.
Sin embargo, la ciudad estaba rodeada por una muralla compleja para ingresar, por lo que los otomanos decidieron escavar un túnel que les permitiera tener acceso a la ciudad.
Así que, para evitar ser descubiertos, la excavación la realizaban de noche.
El pequeño detalle con el que no contaban los tuecos
Justo en esas horas, sobre todo de la madrugada, los panaderos empezaban su faena y fueron ellos quienes escucharon los ruidos de la excavación. Este les permitió alertar a la ciudad. Gracias a los maestros del pan, Viena se salvó y como celebración, los panaderos vieneses crearon un bollo que tenía la forma de una luna creciente, la misma que lucía la bandera otomana como una manera de ridiculizar al vencido.
En el portal Muy Interesante, mencionan que “tras la derrota turca, el rey de Polonia y Lituania Juan III Sobiesky encargó a los panaderos la elaboración de unos panecillos con la forma del emblema de los turcos -la media luna- que inmortalizaran la victoria”.
Cuando el croissant llegó a Paris, se transformó en la versión hojaldrada y se dice que llegó a la capital de Francia con María Antonieta de Austria. El portal Estudia Hostelería, comparte que el término croissant apareció por primera vez en 1863 en el diccionario francés Littré y que la primera receta se publicó en el año 1905.
En Barcelona, España, hacen anualmente el premio al mejor croissant y aunque ya llevan varias ediciones, el último ganador estuvo en Madrid.
¿Dónde comerlos en Caracas?
Si bien la oferta es amplia, no todos son divinos. Los que yo recomiendo, porque me gustan y cumplen con la receta original con mantequilla son St. Honoré y Memé Croix. En ambos casos, los simples son increíbles y también cuentan con rellenos e incluso con versiones roll y en cubo.
En la Terraza Khoul, los rellenan con brie, mermelada y nueces y están divinos.
¿Dónde comerlos en España?
Yo le soy más fie que un perro a los de Oriol Balaguer, a los de l´Atelier (estos son de locos) y la Hoffmann en Barcelona.
En Madrid está Panem, que ganó mejor croissant hace poco. Pero me quedo con los catalanes.